Historias de terror y calaveras, dulces y pan, disfraces y ofrendas, ¡noche de brujas hallowen! y visitas al panteón. Dos fechas tan seguidas y en apariencia contradictorias.
Hoy por la noche álgunos niños pedirán halloween en las casas que tengan adornos de acuerdo a la fecha. Fuera de las calabazas naturales que cultiva mi papá, no hay ningún detalle que les indique que en mi casa se darán dulces porque de hecho no suelo festejar el hallowen sin embargo, muy probablemente, recibiré la visita de un par de niños pidiendo dulces: mis sobrinos. Y aunque su papá nunca ha festejado el halloween, su mamá sí, por lo tanto es una tradición que al menos ellos si llevan. En México siempre se ha tratado de satanizar esta fecha, de decir que es algo malo, incluso recuerdo que a mi me llevaban a misa mientras los otros niños pedían dulces. No creo que te convierta en una mala persona el echo de usar un disfraz, malo que ahora les da por aventar huevos a las casas, carros, camiones, etc.
Por otro lado está el día de muertos, otra tradición también pagana pero que a final de cuentas ha ido adoptando signos religiosos y en la cual no se hace daño a nadie, por el contrario, es una fecha que nos recuerda que hay personas que no desaparecieron de nuestra vida, que simplemente cumplieron su misión en la tierra y que tuvieron que partir, y según la creencia, que el 2 de noviembre sin falta, regresan con los vivos. En algunas regiones del país esta celebración se lleba a tal punto que pasan la noche entera en el panteón, sin miedo a la muerte. En michoacán por ejemplo, hace muchos años, creían que las almas de sus familiares muertos llegaban posadas sobre las alas de las mariposas monarca. Este día nos da la esperanza de que al menos una vez al año nuestros muertos también nos recuerdan y nos visitan, que interrumpen su descanso para acompañarnos.
Hace un año, mientras manejaba escuche en la radio que una actriz de EU (no recuerdo quien) había mencionado que a nosotros los mexicanos nos asombraba o espantaba la celebración de halloween pero que no nos habíamos dado cuenta (los mexicanos) de que a los americanos les daba miedo nuestra celebración a los muertos.
Formas de pensar diferentes de dos culturas diferentes, ambas paganas, ambas resistiendoce a la muerte, una negándola y otra hasta burlandoce de ella. No de una persona, sino del acto de morir, así como la vida tampoco es una persona sino el acto de vivir, porque a final de cuentas la muerte forma parte de la vida.
Por lo pronto hoy a dar dulces y el domingo a visitar el panteón.
Familias de Nuevo Leon vs Carlos Ballarta
Hace 5 años