viernes, 26 de noviembre de 2010

28.60

Las moneditas de 5, 10 y 20 centavos no sirven para nada. Bueno sí, sirven para 2 cosas:
1.- Para pagar los valiosos centavos en un camión y que si te faltan 10 o 20 el chofer casi no te deja subir, o te deja pero no te da el boleto.
2.- Para hacer bulto.

Luego uno cree que tiene dinero porque la bolsa pesa, y nada, son puras monedillas que a menos que andes en camión las ocupas, de lo contrario ahí pueden durar mucho tiempo haciendo bulto.

Y anoche me deshice del bulto no sin antes saber que tanto dinero podía tener en morralla. Y esque cambié de cartera por una que ya tenía más de un año guardada y nueva, esa que me traje importada de León. Decidí estrenarla a raíz de una pequeña depresión por una cajeta de Celaya que me traje hace unos meses y que por no comermela se me hechó a perder.

Y como en mi nueva cartera no le caben bien las monedas pues mejor saqué la ballenita (así me dijeron que se llaman esos monederos panzoncitos) también importada de León. No me acordaba por que no la usaba pero al sacarla pues me acordé. Estaba repletita de moneditas de 10 y de 20 centavos. Dije: al demonio con esas moneditas a tirarlas!!. Pero luego me acordé que tenía otro monedero más grande también pesado por tanta monedilla. Mi hermano dijo que el podía cambiarlas así que le dije que se las regalaba. Pero la curiosidad es canija y me puse a contar. Hice torrecitas de a peso cada una y lo que resultó en el conteo fue esto:


28 pesos con 60 centavos.

Ah y una moneda americana y que alguien debió de haberla confundido con una de 10 centavos.


Ni siquiera sabía que existían monedas de 20 centavos igualitas a las de 10:


Luego en la mesa otros 20 centavos que nos dieron de feria en la carnicería.

Y luego me acordé que en mi cuarto, tenía 20 centavos en un rincón y que como nunca los ocupo pues ni los muevo y fui por ellos.

Y así completé los $29.00

Y luego mi papá me dijo que en su cuarto tenía más moneditas que los juntara también y esto es lo que encontré.



Me fui para atrás, eran muchas monedas y el solo recolectarlas me dio flojera. Pero la curiosidad es canija y mi papá las juntó y yo las organizé.

Esto fue lo que quedó:




En total se contó 49 pesos con 40 centavos.

Y ahí le paramos porque después me encontré más monedas en la casa  pero si me pongo a juntarlas todas nunca acabo.

Que feos se ven casi $50 en monedillas y que bonitos se ven en billetito.

Y si a final de cuentas esas monedas van a ser cambiadas por un billete, ¿para qué carambas existen? ¿de verdad son necesarias en la economía?

¿Cuanto nos tardaremos en juntar tantas monedas otra vez?

jueves, 18 de noviembre de 2010

De izquierda a derecha o al revés

Cuando una cree que una racha de mala suerte ya ha pasado, cuando cree que ya todo está bien, vuelve a empezar otra vez, no estoy negativa, solo reconozco que volví a empezar.

Todo empezó con un leve dolor en el hombro izquierdo, no molestaba mucho, solo al manejar. Durante el mismo día se fue intensificando, no sabía si moverlo o no moverlo, pues de ambas manera el dolor era cada vez más fuerte. Para la tarde ya no podía cargar nada con el brazo izquierdo, y en la noche manejar era casi imposible, (debí haber aprendido a manejar con una mano ¬¬). Ya por la madrugada el dolor me impidió dormir, era sábado y amanecí en urgencias, y esque una no sabe, ¿que tal que era un infarto?. Pero no, el diagnóstico: luxación en el hombro al dormir. Yo no sabía que dormir podía hacer daño. Una inyección, pastillas y perdí el viaje a guadalajara, la verdad si estaba imposibilidada para hacer muchas cosas como cargar una maleta por ejemplo. Las recomendaciones?, inmobilizar el brazo, reposo y si no mejoraba al lunes me darían incapacidades y me mandarían a rehabilitación. Si, todo eso por dormir mal.

El dolor disminuyó y poco a poco fui recuperando el movimiento, pero justo cuando estaba bien del hombro me llegó un dolor de garganta... más pastillas. Y después de la garganta?, gripa, pero una gripa bien rara, no era de esa que se quita en 3 días, me duró más. Y así me fui a Colima, con gripa y dolor de garganta, ¿y de ahi? la tos, leve pero bien molona como toda tos. Y así con gripa, dolor de garganta y tos, y bien cargada de jarabe y empastillada me lanzé a Manzanillo. Y ahi, aparte de traerme arena en el traje de baño me traje una infección en los ojos: conjuntivitis. Y como toda infección trae fiebre (verdad que sí Dr House), pues me dió fiebre y me empezé a poner ronca pues supongo que por lo bajo de mis defensas la infección en la garganta se puso peor. Moribunda fui como pude con un doctor simi, me enseñó a leer el termómetro: 29° 39°de temperatura. Chale, sola, enferma y en otra ciudad, que si no tuviera un gran compromiso me iba solita al hospital. Ah y lo que me recetó el doctor resultó dificil de conseguir, pues Colima es muy chico y a la vez no muy surtido en medicamento (de hecho las gotas para la conjuntivitis también estaban muy escondidas), fui en taxi, de farmacia en farmacia hasta encontrar el dichoso antibiótico.

Y parecía que todo iba a mejorar pero no, mi voz sencillamente desapareció, y la conjuntivitis y la arena en el traje de baño no fue todo lo que pezqué en manzanillo pues hasta hongos en los pies me traje. Era tanta la humedad que los zapatos que amanecían humedos, lo malo que yo era un foco de infección andando y no era de sorprender un ataque de ese tipo en mis pobre pies.

Regresé a mi casa en calidad de trapo, o al menos así me sentí.

Eso por el lado de la salud, por que por el lado material mi carro fue el que la llevó:

Un día lluvioso caí en un bache, lo que trajo una descompostura, y fui a dar a un mal taller, que digo malo... pésimo, donde no solo me cobraron bien caro, los tipos no me cambiaron la pieza que me cobraron, usaron mi carro para pasearse al menos 200 km, se gastaron mi tanque de gasolina que lo entregue lleno. Y ahi no termina todo: como no le cambiaron la pieza pues el carro se descompuso otra vez de lo mismo, lo llevé para que lo arreglen como Dios manda y se volvieron a gastar mi tanque lleno (si otra vez), abandonaron mi carro en una calle, comieron papitas dentro de él y me lo entregaron rayado gracias al abandono. Y que tampoco quedó. Obvio después lo llevé a la agencia y ahi me demostraron que no habían cambiado la pieza.

Todo bien por uno o dos días pero después... un maldito camión de volteo quería ocupar el mismo espacio que mi coche, ay señor que no se puedeeeeeee!!. El camionsote me chocó, huyó y no tenía placas. Pues claro, como se iba a responsabilizar si ni placas tenía, mucho menos seguro ¬¬
Afortunadamente fue solo un golpe, que aunque leve, sale caro arreglarlo pues del enderezado y la pintura no me salvo.

Y ya parecía que todo iba bien, estoy esperando a estar en la ciudad para llevar mi carro a hojalatería y pintura y hoy... hoy amanecí con dolor de hombro derecho, ando con cabestrillo y tomando pastillas, y solo estoy rogando porque la historia no se repita, por no volver a empezar de tragediosa, porque cuando me enfermé de conjuntivitis por primera vez (hace varios años), me empezó en el ojo derecho, y justo cuando se me quitó me empezó del lado derecho. Parece repetirse el ciclo

Bueno al menos no es al mismo tiempo del lado derecho que el izquierdo porque entonces si no podría ver nada o hacer nada con las manos, digamos que de los males el menor.