Hace unos cuantos dias se cumplió un año de que estuve en la capital del pan de pulque, Ramos Arizpe. No pasé mucho tiempo allá, tan sólo el suficiente para aventarme mi chascarrillo, mi gracia del viaje: Me quedé encerrada.
Una noche antes mi compañero y yo habíamos cenado pizza, pero los de la Dominos, no son tan buena onda como para llevarte la factura a domicilio, así que ese día teníamos que ir por ella. Como había comentado antes soy intolerante a la lactosa, por lo que el límite para comer queso es de 2 rebanadas de pizza, y así lo había hecho pero ese día comí unos tacos que incluían queso. Me los comí confiadamente, porque igual y no era mucho queso.
El resto de la tarde transcurrió normal hasta que llegó el momento de irnos. Como la empresa queda sobre una carretera, casi en medio de la nada, los taxis había que pedirlos desde media hora antes. Lo pedimos y a la media hora salimos. Ya habíamos firmado la salida en la caseta y esperamos unos minutos cuando mi estomago me dió la primera señal de advertencia: un retortijón. Bueno igual y fué solo uno, nada malo, pero en seguida vino otro. Lo único que dije fué: "ya quiero que venga el taxi", cosa que en realidad quería decir: ¡¡maldito taxi, llega ya!!
El dolor cada vez era más fuerte y según mis cálculos muy apenas llegaría al departamento.
Yo: mejor no vamos hoy por la factura
Compañero: ¿por qué, ya estás cansada?
Yo: si ya estoy cansada
Cansada? ca...ada me iba a poner si el taxi no llegaba.
El dolor llegó a un punto en el que no lo pude callar:
Yo: Necesito que venga el taxi ya!
Compañero: ya se tardó verdad?
Yo: si esque necesito ir al baño
Compañero: Te cayó mal la comida?
Yo: si, me duele el estomago
Compañero: ah pues dile al guardia que si te deja entar al baño.
Yo: mmm si verdad?, deja le digo.
Le dejé mi maltín a mi compañero y pedí permiso de entrar para ir al baño y el guardia me dejó entrar sin registrarme. Mientras caminaba y subía escalones, tenía que apretar el trasero para evitar una desgracia.
Por fin llegue al baño y en pleno acto de alivio, las luces se apagaron...ay no! esa no era buena señal.
Cuando salí del baño noté que no había nadie en la oficina, fui a la puerta y estaba justo como lo suponía: CERRADA. Era una de vidrio gruesa, no podia ni sacudirla.
"Piensa, piensa, ¿que puedo hacer? no tengo el teléfono de mi compañero, ¿por qué carajos no le pedí su número?"... En eso miré mi reloj, eran las 6:20, seguramente aún había gente en la oficina y alguien debía saber su número. Llamé y me pasaron su número, de pedo marqué y...
--El teléfono que usted marcó no está disponible o se encuentra fuera del área de servicio--
¡Coño!...Otra vez marqué y fue lo mismo. O mi compañero lo estaba ocupando, o no tenía saldo, o de verdad estaba fuera del área de servicio, el punto es que la llamada no entraba.
"Piensa, piensa, que puedo hacer?" Me paré en la puerta y vi hacia abajo en el estacionamiento a una chica que iba a subir a su auto, me embarré en la puerta como si fuera yo un garfield para auto, algo así como esto:
Otra vez a pensar, que demonios podía hacer? estaba encerrada y no podía ni gritarle a mi compañero, no había nadie que me oyera, pero ahh!! estaba en una recepción, a lo mejor ahi había algun teléfono. Debajo del cristal del escritorio hallé un listado de extensiones y ahi estaba mi salvación: la extensión de vigilancia.
Marque y...
Vigilancia: ¿Vigilancia?
Yo: buenas tardes, habla fulana de tal, pedí permiso para entrar a las oficinas para ir al baño pero me dejaron encerrada, podría sacarme?
y segui esperando...
a lo mejor no hallaban las llaves...
volví a llamar para saber el status actual de mi busqueda
Yo: habla fulana de tal otra vez, la que se quedó encerrada, ¿todavía no vienen por mi?
Vigilante: ah si, ya fuimos oiga, no había nadie
Aclarado el asunto, otra vez a esperar.
y otra vez no aparecían, volví a llamar para darles más pistas:
Yo: Soy otra vez la que se quedó encerrada, esque no han venido por mi.
Si, otra vez a esperar...
Se empezaba a oscurecer, y yo me empezaba a poner nerviosa, los perros del terreno de al lado, empezaron a aullar, el viento soplaba muy feo casi como en la película de hasta el al viento se le frunce jajaja, la temperatura también empezaba a bajar y el sol ya se había ocultado. Estaba encerrada y sola, empecé a imaginar que pasaría la noche ahi y que por supuesto pasaría frio. La desesperación me hizo llamar otra vez.
Yo: buenas tardes soy otra vez la que se quedó encerrada, lo que pasa esque ya me estoy poniendo nerviosa y no vienen por mi.
Eso parecía ser mi salvación, estuve llamando a la caseta de atrás y debía llamar a la de adelante, ahora si sólo era cuestión de esperar.
Pero nadie apareció, y a punto de ponerme a llorar, y ya casi sin luz del día otra vez marque al mismo lugar.
Yo: buenas tardes, habla fulana de tal
De nuevo a llamar:
Yo: habla de nuevo fulanita
Noooooooooooooooooo!!!!!
Acaso era eso posible?, había estado desperdiciando mi tiempo al llamar a dos ciudades distintas. Ahi si que la desesperación era mucha, otra vez, a buscar en ese escritorio el teléfono de la caseta de ramos, sin luz, sola y apunto de lágrima. En eso vi en la puerta la silueta de una persona asomandose hacia adentro. Me levanté de la silla y agité los brazos
Y el tipo nomás se quedaba viendo como tratando de distinguirme entre la oscuridad.
En eso llegaron varias personas, iban saliendo de recursos humanos y uno de ellos traía llave, me abrieron y salí. Me sentí como si saliera de la casa de big brother, y no por los aplausos sino porque todo mundo estaba a la expectativa ¿qué hacía yo a esas horas en las oficinas? De veras que me daban ganas de ponerme una bolsa en la cabeza para que no me reconocieran.
Mi compañero aún estaba ahi, con todo y el taxi, me dijo que quien empezó a sospechar fue el taxista, fue al que se le ocurrió que yo me pude haber quedado encerrada y que él sólo pensaba que yo de verass me sentía mal.
Desde entonces dicen que me les aparezco por las noches y no sólo en ramos, sino también en salamanca y toluca, que al ocultarse el sol empiezan a sonar sus telefonos y una voz desesperada les pide que la busquen. Naaaaaa, no es cierto pero que oso jajaja.
Bueno ya pasado todo el susto de ese día vienen las moralejas, porque hay muchas cosa que aprender de esta historia:
"Si estas en otra ciudad y tus compañeros no traen saldo pero tu si, puedes mandar mensajes, en esos no te cobran el roaming"
"Pregunta primero a donde hablas, no des por echo que estas llamando al lugar que deseas"
"Evita los alimentos que te hacen daño, así empiezan las tragedias"
"Si presientes que te acabas de quedar encerrada en algún lugar, grita!, probablemente aún te escuchan"
"Si tu compañero va al baño, espéralo, no sabes que es lo que le pueda pasar"
Y mi favorita desde este día: