sábado, 15 de noviembre de 2008

La crónica del sundae de Mc Donald's

Cuando uno se vuelve intolerante a la lactosa el mundo se hace más pequeño, y aprendes que en realidad esta hecho de leche. Es verdad que ya hay muchos productos deslactosados, pero no al alcance de cualquier lugar, por ejemplo la leche si la venden deslactosada pero en los cafecitos o restaurantes no la tienen, existe el yogurth deslactosado pero no de todas las marcas. Aún no descubro si ya existe la nieve y el queso deslactosados. Es muy difícil despreciar un producto tan delicioso como la nieve, es difícil pero lo logré.



Mi divorcio con la nieve sucedió así:


Fue un fatídico día de septiembre en el que fui a la Universidad en sábado, ya ni recuerdo a que fui pero ahi estaba. Mis amigas estaban planenado ir al centro a comprar unas blusas para el día de la independencia. Yo no podía acompañarlas porque los sábados por la tarde me veía con otra amiga que me impartía clases de inglés. Salí antes de la Universidad y cuando iba en camino mi amiga me llamó para cancelarme la clase de inglés. Era sábado por la tarde y no tenía ganas de regresar a la casa todavía, así que le llamé a mis amigas para encontrarme con ellas en el centro y buscar las famosas blusas.


Quedamos de vernos en morelos y para cuando yo me bajé del camión sabía que ellas apenas venían en camino. Caminé a pasó lento, no tenía ninguna prisa por llegar, y fue entonces que se me apareció el "demonio", el mismísimo Mc Donald's. En la comodidad de la banqueta venden conos, Mc flurry's y el maléfico "Sundae". Ni siquiera lo pensé, me compré un sundae de caramelo...¡estaba delicioso!. En ese momento yo no sabía que sería el último que me comería.


Caminé aún más despacio porque iba saboreando mi sundae y me lo terminé antes de encontrarme con mis amigas. Entramos a Interplaza y las blusas no fueron de su agrado, luego fuimos a Plaza México y nada, fuimos a otras tiendas y tampoco. Fue entonces que una de mis amigas recordó que había un lugar donde vendían artesanías y que seguro ahi si iban a encontrar. Llegamos y entonces empezé a darme cuenta de que algo no estaba bien, un brusco movimiento intestinal me decía que comerme el sundae había sido un error que iba a pagar caro. Intenté desviar la mente entre tanta artesanía pero el dolor era ya muy evidente y el sólo hecho de hablar ya me empezaba a costar trabajo. Aguanté sólo unos cuantos locales callada hasta que tomé la decisión de informar lo que pasaba, así que con voz temblorosa dije:


yo: m u c h a c h a s

amiga 1: si?

yo: se me hace que aqui las dejo

amiga 2: ah! por que?

yo casi llorando: esque no me siento bien

amiga 2: ah...¿te pasa algo?

yo: necesito ir al baño

amiga 1: pues vamos a interplaza, está aquí cerquita

yo: noouu, yo quiero ir al de mi casa

amiga 2: bueno, ¿pero si llegas?

yo: si me voy ya, sí

amiga 1: ¿segura?

yo: si...bueno, adiós

las dos: bye


Y me fui, apretando el trasero y tan rápido como pude, el tiempo que esperé el camión me pareció demaciado y el camino a mi casa eterno, iba sudando frio, casi desmayada.

Por fin me bajé del camión y corrí a mi casa, podría jurar que brinque la barda, pasé corriendo al baño a toda prisa y justo cuando me senté me di cuenta que...que ...¡no había papel! ¡¡Nooooo!!...y todavía alcancé a buscar un rollo.


Esa fué la última vez que probé el sundae de Mc Donald's, con eso comprobé que si está hecho de leche de verdad y aprendí a mirar con desprecio a cualquier nieve.


La moraleja de esta historia es:


"Si eres intolerante a la lactosa y comes nieve, procura tener un baño cerca...te evitará hora y media de sufrimiento"

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