martes, 11 de noviembre de 2008

El rancho

En algúna ocación, un profesor de la universidad nos mencionó (a unas amigas y a mi) que "el rancho" a pesar de ser ciudad, seguía siendo como un pueblito donde todos se conocen: "todos se conocen, todos se saludan y cuando alguién se muere todos se enteran
...oye que se murió fulanito
...¿pero cómo? el hijo de sultanito
...si el que vivía por la quinta de no se quién
...oye pero tan joven y murió de lo mismo que no se que otra persona
...si ya ve que también se puso mal de no se que otra cosa, etc, etc, etc.

El profe no mentía, todos saben quien se casa con quién y si el niño nació sietemesino, quienes son los raterillos y los drogos, los que tienen lana y los que son muy tranquilos y no rompen un plato.

Por un tiempo pensé que igual y no estábamos tan peor, y que a pesar de los pavorreales que hay en las quintas y que la temperarura es más baja, pues es una ciudad agradable donde todos se conocen, eso pensaba hasta el día en que se le atravesó un burro al camión en el que iba. OK, los pavorreales se ven lindos en las quintas pero ¿burros?, no me quedó de otra más que pensar que no es un pueblito...¡es un rancho!

El apodo ya se lo dejé, y foman parte del rancho los burros, vacas, pavorreales y caballos carretoneros que todavía pasan por algunas colonias. No he visto cerditos pero si le busco igual y los encuentro.