miércoles, 4 de enero de 2012

Máquinas malvadas

Estaba en 3 o 4 semestre de prepa y una amiga y yo siempre nos ibamos a la salida de clases a la tienda soriana que quedaba cerca de la escuela pues estabamos en el turno matutino y mi amiga tomaba clases de computación e ingles por las tardes. Como era muy temprano para irse a su otra escuela pues nos ibamos caminando hasta esa tienda y ahi perdíamos algo de tiempo hojeando revistas. Luego de un rato cada una tomaba su respectivo camión, ella a su escuela y yo a mi casa.

En una ocación se nos ocurrió echarle una moneda a una máquina de chocolates como esta:


Los ganchos agarraron un chocolate y luego lo dejaron caer sobre un espejo inclinado, luego salió una tablita que lo empujó hacía el agujero donde debería de caer pero no cayó. Luego echamos otra moneda, los ganchos agarraron otro chocolate, lo dejó caer donde mismo y...y... no cayó ningún chocolate para nosotras. Creo que justo en ese momento se empezó a volver un reto, moneda tras moneda, muchos chocolates,  y ningún condenado chocolate cayó en el agujero. Seguimos hasta quedarnos sin dinero, sólo nos quedamos con el dinero de nuestros respectivos camiones. Ahi terminó el reto, formamos una montaña de chocolates y ninguno fue nuestro. Nos fuimos a sentar a una banca decepcionadas de la mugrosa máquina. Un minuto después y un señor fue a la máquina, echó una moneda y cayeron todos NUESTROS chocolates!!. Si, NUESTROS, porque nosotras pagamos por ellos. El señor ni siquiera podía con tanto chocolate y se reía de nosotras. Después de ese día no volví a echar ni una moneda a una máquina de esas.

Hoy, mientras esperaba en una larga fila para el cajero, una señora echó una moneda a una máquina de muñecos, tomó un tigre y luego se le cayó. Echó otra moneda y volvió a intentarlo pero ahora con un chango. Más de 15 intentos con el dichoso chango hasta que se dió por vencida y se fué, varias personas en la fila la estabamos observando, casi echandole porras pero nada. Luego fue un señor con su hijita, echaron una moneda, la niña tomó el mismo chango pero también se le safó antes de que los ganchos terminaran el recorrido. Le pidíó más dinero a su papá pero ya no le quizo dar. Luego una señora llevó a su hija aún más pequeña, echaron una moneda, la niña tómó la palanca y agarró al chango que por fin salió jajajajaja. Todos en la fila nos carcajeamos por la escena y lamentamos que nadie haya grabado todo lo que sucedió.

Moraleja:

"Nunca seas el tonto que llena de monedas una máquina tragamonedas,
 espera a que otro lo haga por ti"

1 comentario:

Anónimo dijo...

jejejej muy buena, buen negocio