miércoles, 29 de octubre de 2008

Odio a los perros...

...en especial al que cagó la sala de la casa, sí la sala, en un sillón pues. Fué el domingo que mi hermano se fué y no cerró bien la puerta de la cocina. Llegamos como a las 11 de la noche y mi papá fue el primero en entrar, voltió al sillón y no le dió importancia. Entro yo y pregunto en voz alta ¡¿qué es eso?!, sospechando de las bolitas pero no queriendolo creer, me acerque y como a medio metro confirmé mis sospechas por el olor que las bolitas despedian

yo: ¡¡¡aaaagggghhh!!! no manches!, son cacas de perro aaaggghh!!!

mi papá: ¿cacas?

yo: ¡¡si, cagada de perro!!

mi papá: ¿apoco?...yo pensé que eran nueces

yo: no, son cacas, que asco!!



agarré el teléfono y furiosa le marco a mi hermano



yo: ¡¡¡ oye, ¿tu metiste un perro a la casa?!!!

mi hermano: yo? no

yo: ¡¡hay cacas de perro en un sillon!!

mi hermano: ¿cacas?

yo: si, de perro

mi hermano: pero donde?

yo: pos en el sillon grande!!

mi hermano: aaagghhh!!! no, yo no metí perros... y está embarrado el sillón?

yo: pos no sé, papá está recogiendo las bolitas

mi hermano: son de perro grande?

yo: pues a juzgar por el tamaño de las bolitas son de perro chiquillo

mi hermano: ¿y nadamás fue ahi? checale en los cuartos

yo: pos no sé, vamos llegando pero estoy viendo un charquito en el piso que espero que sea agua.

mi hemarno: no manches, no pos yo no fui.

yo: bueno pues la casa apesta, bye.



Estaba de verdad furiosa, entre las cosas que exclamé luego de colgar se encuentran:

- p&%$e pero, pero como ch$%&os se metió a la casa?

- por eso no tengo perros, para no estar limpiando cagadas!!

- perro cochino, nomás se metió a hacer su maldad, mirá que meterse a una casa y cagar el sillon!!!

- ch%$#&do!!! ahora tengo que pagar para que vengan a lavar la sala...

- la casa ápesta!!!





Mi papá alegaba que era el perro de algún vecino, que está acostumbrado a subirse a los sillones, yo pienso que no, si se cagara en los sillones, entonces no lo dejarían entrar a sus casas.



si parecía loca y que??, tapé el sillon con una sabana vieja para que ya no se levantara el olor, rocié oust y dejé preparada la guía comercial del racho (así le digo a veces al municipio) para llamar a primera hora el dia siguiente.



Desgraciadamente no trabajan los domingos pero el lunes por fin fueron a lavar la sala, el coraje ya se me pasó pero sigo odiando a los perros, así que no les sorprenda que en lugar de referirme a sus perros por su nombre les llame: ¡perro cochino!



La moraleja de esta historia es:



"Cierra bien las puertas de tu casa cuando salgas, nunca sabes cuando puede meterse un perro a cagar la sala"










1 comentario:

Anónimo dijo...

que onda! pues que mal que no te gusten los perros... ya sabes yo tengo dos y son muy lindos, no los cambiaría por nada pk son parte de mi familia... lo malo es que tu has tenido solo malas experiencias con los perros... igual te hace falta un cachorrito para que te enseñes a quererlos =D
Consejo: no juzgues mal a todos solo porque uno te ca... tu sala