Crónica de un sueño anunciado

Los sueños a veces se hacen realidad, no los que uno quisiera pero al menos ya me pasó.

Uno de los atractívos turisticos del estado de Colima son las playas de Manzanillo, así que me fui preparada por si me era posible darme una vueltecita por aquel rumbo.

¿Presgio, advertencia?

Dominguito y amaneció lloviendo. ¿Sería un presagio de que no debía ir?. Tenía dos opciones: quedarme en domingo aburrida en el hotel viendo tele todo el día, o lanzarme a manzanillo a investigar si allá no llovía.

Y que me lanzo!!. Traje de baño, chanclas, sombrilla, bloqueador y que me voy.

Antes de comprar el boleto de autobus pregunté por el regreso. Salían más o menos cada hora así que me dije a mi misma: ¡genial, puedo regresar a cualquier hora y habrá un autobús esperando por mi!.

Compré solo el boleto de ida a la aventura, el camino estaba lleno de palmeras, ¿quién comprará tanto coco?. Dicen que a donde fueres haz lo que vieres así que yo vi que todo mundo tomó un taxi al bajar del autobús y yo hice lo mismo.

Taxista: ¿a dónde va?

Yo: mmmm, a la playa!!

Taxista: ¿a cual?

Yo: usted sabe mejor que yo, ¿cual me recomienda?

Y me recomendó varias, le dije que el decidiera. Fue buena su elección, pasé la tarde ahi, se pasaron las horas y llegó el momento de volver.

La señora loca

Hasta ese momento el día marchaba bien, la playa no estaba muy alejada de la avenida pero si estaba de subida (la avenida, no la playa). Unas personas me dijeron que ahí, apenas pasando la subida pasaba un camión que me dejaba en la central. Caminé y caminé, unos metros delante de mi una señora camiando hacia el mismo rumbo, como no pasaba mucha gente, se convirtió en mi meta a alcanzar solo para preguntarle sobre esa ruta de camiones.

Estaba casi en la mera cresta de esa calle de subida y a la señora la tenía unos escasos 10 metros, ella se detuvo y justo le iba a hacer mi gran pregunta (disculpe, me dijeron que por aquí pasan unos camiones que me dejan en la central de autobuses, ¿usted sabe cuales son o dónde tomarlos?), y ella empiezó a gritar hacia una casa:

¡Gobierno, sácame de esta miseria, tengo hambre, cumple con tu trabajo!, etc, etc...

Pero gritando cañón, supongo que algún político, alcalde o algo por el estilo vivía en esa casa.

Hubieran visto mi cara, justo cuando iba a preguntarle, ya hasta había agarrado aire y ella sale con esas cosas. Afortunadamente yo me cubría con una sombrilla (esque hacía mucho sol), eso evitó que notara que me dirigiría a ella. Por su puesto que ya no le dije nada, seguí mi paso a toda prisa a pesar de estar en lo más inclinado de la calle, no vaya a ser que a la señora loca se le ocurra aventar piedras y me alcance. Mejor solita caminé hasta la avenida. Habré tardado de perdido media hora caminando hasta tomar el dichoso camión.

Ya en la central me dirijo a la misma línea en la que llegué para comprar mi boleto, faltaban 10 minutos a las 6 así que alcanzaba a tomar el bus de las 6. Pero no. Ya no había en es línea, solo a las 10 pm. Bueno la otra... y nop, hasta las 10. La otra?... no, hasta las 10. Solo quedaba una. Un chico delante de mi compra un boleto a colima y le dicen que es uno que dice 'Durango' de Omnibus. Paso yo a comprar a colima:

Vendedor: tengo a las 6:20 pero llega a Tecoman

Yo: y ahi que?

Vendedor: ah es otro pueblo

Yo: y tarda mucho?

Vendedor: hace 20 minutos más de recorrido, pero ya no tengo más a colima, hasta las 10 de la noche.

Como quien dice lo tomas o te quedas. Compre el boleto, pregunté que cual era y me dijo que el iba a estar ahí para avisarme que autobús era, que no me preocupara. Fui al baño y escuche que voceaban a alguien para que se subiera a su autobús. ¡Genial, aquí te hablan!- pensé inocentemente.

Bien mona yo, me senté en la sala de espera, faltaban 20 minutotes para que saliera el autobús así que hice 2 llamadas. Aún no terminaba la segunda cuando veo un autobús de omnibus, que decía 'Durango' y termino mi llamada. Y en eso, que el bus se empieza a retirar. Lo que se me ocurrió fue ir con el señor vendedor que me dijo que me avisaría sobre mi bus pero una chica me impidió el paso:

Chica: no, ya no puedes pasar para allá

Yo: esque creo que ese es mi autobús

La chica miró mi boleto

Chica: ayyyy siiii, si era (así tipo pobrecita), pues... correle.

Y que le corro!! bolsa al hombro, short y chanclas en los pies como loca corriendo por el estacionamiento, agitando los brazos y gritando: ¡¡deténgalo, heeeyyyy, deténgalo!!

Fue hasta que iba llegando con la señora de la caseta que ella me vio. El autobús se va y me grita: ¿es tu camión?

(Noooooo, ami me gusta correr en chanclas ¬¬)

Siiii, deténgalo. Apenas hace una señal de que se detenga cuando el autobús da vuelta en la esquina. Ya no la alcanzó a ver y me dice: alcancelo!!

Y que le corro otra vez. Salió la velocista que hay en mí y apenas iba a llegar a la esquina cuando pasó un carro por la misma calle que tomó el autobús. El señor que iba manejando me vió y le grité: ¡pítele, pítele! El señor solo se rio y siguió su camino. Corriendo por fin llegué a la dichosa esquina y un taxi casi me atropella. El autobús no iba muy lejos, y el carro que había visto no avanzó mucho, ahi seguía yo, corre y corre cuando el carro se detuvo y me abrieron la puerta de atrás. Sin pensarlo me subí.

Señor del carro: Orita lo alcanzamos

Yo: pítele

Señor del carro: esque no funciona

Yo: atraviesesele, atraviesesele!!

Señor del carro: orita nos atravezamos, que yo se lo feo que se siente que a uno lo deje el autobús.

Lo alcanzamos, nos atravezamos, me subí, y el aire no me alcanzaba para respirar. Por poco me quedo de veras en manzanillo.

Pude haberme caído, el taxi pudo haberme atropellado, inclusive el señor del carro pudo haberme secuestrado, pero afortunadamente sigo vivita y coleando. Por su puesto aprendí la moraleja de esta historia.

"No siempre habrá un autobus esperando por mi "